Bloga

Deseos de año nuevo

Es tradición hacer propósitos de año nuevo. Propósitos que representan nuestros sueños, ilusiones o proyectos. Sin embargo, con sólo desearlo, no sirve. La magia de los deseos y los sueños, funciona, pero no de una manera infantil.

Aspiraciones mundanas como, dejar de fumar, encontrar el trabajo de mi vida, arreglar o mejorar esa relación de pareja/amistad/familiar que tanto me hace sufrir, ganar más dinero, comprar una casa, salud, etc. o esperanzas más espirituales como la paz en el mundo, igualdad de oportunidades para todos, reparto equitativo de recursos naturales… son las que se oyen y nos planteamos una y otra vez en esta fecha. Lo común a todos ellos, sin embargo, es el deseo de cambio. Deseo que no es suficiente para que el cambio ocurra.

Lo importante de los sueños de año nuevo es que nos ayudan a clarificar lo que realmente queremos. Para que realmente se conviertan en realidad es necesario que dirijamos nuestros esfuerzos a ellos. ¿Cómo? En primer lugar, analizando qué supone para nosotros la consecución de los mismos; segundo, identificando si son realistas y en caso negativo examinando cómo podemos convertirlos en realistas; tercero, comprometiéndonos con ellos y haciendo público nuestro compromiso; cuarto, poniéndonos en acción hacia nuestros objetivos; quinto, pidiendo a alguien que nos ayude a la hora de mantener el compromiso y en los momentos en los que flaquea nuestra acción (es importante que definamos con esta persona cómo queremos que nos trate o que nos señale nuestros momentos de desaliento y de desliz en las acciones); sexto, aprendiendo de los errores; y séptimo manteniendo la acción hasta convertirla en hábito. Es en ese momento en el que la acción emprendida se ha convertido en hábito, el momento en que nuestro deseo se ha hecho realidad y en el que estamos preparados para soñar de nuevo y comenzar el proceso de nuevo teniendo presente que LA FELICIDAD ES EL CAMINO, NO EL DESTINO.

Iruzkina egin

kaptxa

Bai, ezagutzen dut datu erabilpen politika.

Izuli